Ayer tuvo lugar el tan ansiado examen de práctica docente.
¡¡APROBÉ!!Creo que la alegría me desbordaba en el momento (y posteriormente también, pues aún no puedo creerlo).-
Comencé la jornada con mucho nerviosismo. Había llevado a la escuela un montón de grandes láminas de Montevideo colonial (que me costó muchísimo poder encontrar), serían parte de una de mis actividades: Ciencias Sociales. Conté con el apoyo de mi maestro adscriptor y de mi amiga y compañera de práctica, la melli (Noel). Decidí innovar la modalidad de la clase trasladando a mis alumnos a la biblioteca, en donde se desarrollaron mis actividades hasta la hora del recreo.-
Anteriormente tuve la oportunidad de hablar con ellos y explicarles cómo sería el día para todos (incluyéndome), la importancia y el valor que tenía para mí. Se portaron espléndidamente, todos participaron en clase y aportaron muchos datos riquísimos, pudieron reflexionar sobre hechos o elementos de la época colonial, aunque no tanto como lo hubiera deseado. Pero quedé enormemente conforme con las actividades y con mis alumnos, tan chiquitos, inquietos e inteligentes. A veces hacían algún aporte que me causaba gracia y si no fuera porque un tribunal de evaluación se encontraba ante mí hubiera largado una gran risa (y no sólo la sonrisa que llegué a demostrar en ese momento).-
Finalmente, pasé a la instancia oral, donde el tribunal comenzaba a hacerme preguntas acerca de las clases que di ayer y, sobre todo, aspectos didácticos en general. Tras un pequeño rato de reflexión, autoevaluaciones, comentarios acerca de los niños y del tema tratado, debí esperar fuera de la Dirección (que es donde se realizaba esa instancia)... Repentinamente se abrió la puerta, miro, veo a mi maestro adscriptor acercándose hacia mí con una sonrisa y con mi carpeta de práctica en mano: "¡Muy bien!" exclamó. Y tras él, se acerca la Directora mirándome bajo sus anteojos y con una sonrisa en sus labios... "aprobaste, muy bien". Recibí felicitaciones de ambos, una alegría inmensa. Es inexplicable. Con haber aprobado la práctica docente ya siento que estoy recibida, aunque sé que aún me quedan algunos escalones en este trayecto de mi carrera. Pero lo fundamental ya está cumplido.
Ya me siento maestra, y eso es lo importante.-
Estoy muy orgullosa de haber llegado hasta aquí, y esto es para demostrar que todo se puede en la vida. Sólo es cuestión de quererlo con tods sus fuerzas y con lo más profundo del alma. Todo lo que amamos es posible de realizar. Agradezco enormemente a todos aquellos que me han apoyado hasta el día de hoy, a quienes confiaron siempre en mí, a aquellos que nunca dudaron de que yo podría llegar hasta este paso del camino, a todos quienes comprendieron el esfuerzo que debí pasar y me tendieron su mano brindándome el apoyo necesario... Simplemente,
¡gracias!
Y acá estoy. Soy una futura maestra. A un paso de recibirme. Qué alegría inexplicable, qué ganas de suspirar profundamente, ponerme la túnica y pararme ante mi grupo de clase y sentirme maestra por completo.-
Adoro mi vocación.-