El arte de escribir

Hace unos días, en medio de mi vasta búsqueda de empleo, tuve la oportunidad de conocer a un escritor... escritor e investigador para mayor exactitud. Fue muy interesante entablar contacto con él. Es un hombre que denota mucho conocimiento, compartiendo un breve instante de comunicación se puede vislumbrar una cuantiosa cultura en su persona. Se percibe fácilmente que tiene historias muy enriquecedoras por contar. En la última instancia en que nos contactamos terminamos hablando hasta temas de tipo literario, ya que ha tenido la oportunidad de conocer algunas de mis escrituras. Afortunadamente para su parecer han sido muy buenas y el dejo artístico es muy notable en las mismas. Me enorgullece que un escritor me brinde tal opinión.
Comentábamos (al hablar sobre el trabajo que a veces atañe a la creación de una producción literaria) que a veces al encontrarse los manuscritos originales de escritores muy famosos que ya han fallecido, se los ve llenos de tachaduras y correcciones... A veces se considera que es muy sencillo llegar a escribir algo que sea poético, artístico, y que en pocas palabras sintetice una serie de sentimientos difíciles de describir o explicar; pero en realidad tiene todo un trasfondo de trabajo, de idas y vueltas. La capacidad de resumir en pocas palabras un montón de sentimientos y emociones es algo excepcional e impresionante. Por otro lado, también llegamos a realizar una comparación con las letras de algunos tangos, pues éstas también pueden considerarse poéticas (en algunos casos). Me contaba que en la época en que los tangos eran muy populares, quienes escribían las letras en varias ocasiones no se daban a conocer. Muchas veces cambiaban sus nombres porque era mal visto el cantar tango, porque era más bien de los barrios bajos, de los típicos "arrabales".
Simplemente quería compartir esta anécdota, ya que es extraño y a la vez fabuloso cómo a veces podemos conocer a alguien con quien intercambiar comentarios que nos pueden cambiar nuestro punto de reflexión. Ha sido un gusto.

¡Felices Fiestas!

Independientemente de las creencias que cada uno de nosotros pueda tener, quisiera aprovechar la ocasión para desearles una muy feliz Navidad.


Ya sabemos que no es como cuando esperábamos los regalos de Santa Claus y él cumplía fielmente con nuestros deseos, ahora debemos valernos de nuestras esperanzas y de nuestra fe para que aquello que queramos llegue a cumplirse. Nunca olvidemos nuestros sueños, espero que nunca perdamos esa capacidad (que a medida que pasan los años da la impresión de irse desgastando) de creer que todo puede realizarse, sólo basta con desearlo desde lo más profundo de nuestro ser. Resaltemos la ilusión, saquemos a relucir nuestras esperanzas... pensemos en el futuro como un misterio a descubrir, un misterio plagado de sueños. Espero que en estos días la paz los acompañe, mis mejores deseos de corazón.

¡¡Muy felices fiestas!! y que en este próximo año sus sueños dejen de ser sueños para convertirse en realidades. ¡Próspero 2007!

Cristales de confianza


¿Será que la confianza
es de esos frágiles
pero muy recurrentes cristales
que llegan a nuestra vida
y se instalan,
permanecen,
hasta que repentinamente
cae al suelo y se despedaza
en minúsculos restos?

¿Será que ya no pueden reconstruirse
para volver a formar
esa totalidad inicial?

Simplemente
¿será la confianza,
ella misma,
quien decide autodestruirse?


(Ana Stelmack)

Espíritu artístico a la carta...

Hoy comencé un curso de flores artesanales con goma eva. Está espectacular. Vi ejemplos de las flores que voy a realizar en el transcurso del mismo y son una hermosura, parecen reales. Me encantó. Este curso dura unos siete días. Está dictado por un profesor que vino a Uruguay desde Brasil. En su presentación nos comentaba que allá en su país recomiendan mucho hacer este tipo de actividades debido a que tienen una población con alto nivel de stress, allí la gran mayoría de personas trabaja durante un gran número de horas al día... a modo de chiste nos decía que allá no existe eso de la "siesta", como tenemos por acá. Retomando el tema central del curso, hoy ya realizamos algunos moldes y mañana parece que nos vamos a dedicar a la parte de pintura.

Por otra parte, esta semana ya voy a comenzar con uno de mis proyectos: poner un taller de expresión plástica para niños en casa. Voy a dictar clases de pintura, técnicas de dibujo, manualidades, artesanías, de todo un poco sobre el tema. Hace mucho tiempo vengo pensando en hacerlo, pero como estaba el asunto de mis exámenes en magisterio y demás, se me estaba complicando un poco para hacerlo. Pero ahora que ya finalicé el período de clases y de exámenes... ¡espíritu artístico, bienvenido!

La decisión es mía.-


La duda me invade, el desconcierto, el creer que dar un paso adelante podría llegar a ser que el mundo permanezca estático, sin pretender cambiar. Sin saber qué hacer intento continuar, me propongo realizar mis actividades cotidianas y mi mente me lo impide, llega un instante en que me trunca y una voz me dice, seriamente, "¿Y? ¿qué pensás hacer?". Simplemente me ahogo en una respuesta inundada en un sinnúmero de interrogantes por temor a responder un simple "no sé". Ahora simplemente me viene a la mente el tema musical que hasta ayer -y aún hoy- movilizaba mi corazón...


(...) la noche siempre pasará,
la mañana con su sol llegará
y volveré a despertar tan distinto y feliz
porque todo el dolor sanará

quiero poder descubrir
en mi alma al hombre que fui,
porque me falta vivir
tus recuerdos no quiero partir

(...) un día todo será diferente y verás
que tu ángel fue el que me salvó...


Las oportunidades sólo las brinda la vida, yo tan sólo deberé decidir si estar de acuerdo o no con ellas... por cómo va este camino, por cómo he recorrido este sitio ya sé que tarde o temprano terminaré dejándome llevar por mis sentimientos. Porque no quiero que el fragmento inicial de esta canción llegue a ser cierto ("¿y qué me queda de vos...? / montoncitos que el tiempo olvidó") ni que el tiempo haga que yo también termine olvidando esos montoncitos, sin siquiera tener en cuenta qué se encuentra dentro de mi corazón.

Buscándote.-

En cierta forma, a modo de celebración del alma, este poema fue escrito hace un par de días. Pensando y reflexionando han surgido estas palabras, en medio de alegrías recordadas y sonrisas imborrables.-






Buscándote
Sin siquiera saberlo,
ni tan sólo poder imaginarlo,
estabas tan cerca de mí...
y yo buscándote.

Buscándote aun desconociendo tu rostro,
intentando encontrar tu mirada
en un mar de pupilas,
tus manos
en un océano de cuerpos
dóciles y fríos.

Simplemente creyendo hallarte
me equivocaba.

Retomaba el camino
una y otra vez.
Creía oir tu voz,
te imaginaba en un espacio incierto,
creía vislumbrarte
bajo la luz de la luna.

Y ahora estás ahí,
refrescándome el alma,
demostrándome que la búsqueda
ha finalizado,
que ya estás aquí.
Y sin saberlo
siempre lo has estado.


(Ana Stelmack)

Dos almas, pero sólo una.


Una pareja viajaba tranquilamente en ómnibus. El viaje era ya por ambos conocido. Las mismas casas se visualizaban a través de las ventanillas, la misma calle y la misma avenida de siempre. La avenida llena de locales comerciales, vendedores ambulantes, gente por doquier. Era un día como cualquier otro. Nada indicaba que algo pudiera modificarse.-

Llega la hora de descender, ambos proceden a hacerlo. Él le cede paso a ella y permite que sea quien descienda primero. Decisión de la que pronto se arrepiente. Cuando ella está descendiendo, en una de las tantas calles que intersectan a esa avenida, un jóven pasa corriendo. La mira con detenimiento mientras sigue su camino. Retrocede en busca de la muchacha. Amenazándola con una pistola de grueso calibre la toma fuertemente de su brazo y la retiene, llevando a que su novio intente defenderla de la confusa situación. Todo es en vano, entre llantos y gritos de ella, el jóven comienza a alejarse del lugar, solo, liberándola, al ver que la policía viene en su búsqueda.-

Inmediatamente, ella abraza con fuerza a su novio, se acurruca en su pecho, largándose a llorar. Él, conteniéndola con sus brazos, comienza a avanzar en el camino que debrían realizar anteriormente. Caminan unos pasos, cada vez con más soltura y menos lágrimas. Creyendo que todo está volviendo a la normalidad, sin sospechar (ni querer hacerlo) qué les deparará ahora el destino.-

Fuertes pisadas se oyen tras el trayecto que realiza la pareja. Ambos se dan vuelta, con un sinnúmero de repentinas interrogantes, con imágenes de lo sucedido hace unos instantes. El mismo individuo, con su arma, emite un grito. Un grito lleno de rabia, de dolor incomprensible, de venganza sin justificar. Se detiene. Mira a la pareja fijamente. Los apunta con su arma, dispara. En menos de un minuto sucedió todo. Ella es quien recibe los disparos, uno en su pierna, otro en su pecho. Su novio intenta sostenerla mientras no puede evitar que ella caiga. La muchacha sólo tiende a mirar a su novio, sin poder emitir palabras, sólo derramando alguna lágrima que forzosamente intenta brotar de sus ojos. Dentro de su mente miles de imágenes pasan una y otra vez, recuerdos de todos los tiempos.-

El individuo es atrapado por sus espaldas y llevado a ser encerrado, como debió ser desde el comienzo. La muchacha sigue allí, en el piso, junto a su novio. Éste arrodillado ante ella, pidiendole (entre llantos ahogados por sus propias lágrimas) que resista, como si eso bastara para retener su cuerpo con vida un instante más, en esta irremediable e injusta existencia. De ahora en más, ya todo será en vano. La vida se va agotando, sólo una de esas dos tristes almas seguirá aquí en la tierra, aunque en su interior logre mantener a otra con vida.-


(Ana Stelmack)

Descansando.-

Afortunadamente el calor ha vuelto a invadir esta ciudad, no es excesivo, pero es muy agradable. Sobre todo cuando luego de mediodía los rayos de sol atraviesan las blancas cortinas de “voile” de mi casa. La mañana me despertó con unas sorpresivas y naturales ganas de cantar... son de esos cantos que a una le brotan desde dentro de su ser, que se tornan inevitables. Preparo mi desayuno y tarareo alguna canción que me viene a la mente. Luego, me siento frente a mi computadora y no puedo evadir mis deseos de encender la radio y cantar junto a los diversos temas que en ella transmiten. Estoy alegre, estoy contenta. Siento una tranquilidad y una sensación de descanso como hace mucho tiempo que no lo sentía.-

Se me ha dado por mirar a través de la ventana de mi dormitorio. Veo a los niños jugar a la pelota, tan divertidos y tan posesionados en su actividad lúdica. Las señoras sentadas en los muros, bajo la sombra de los árboles, hablando de quién sabe cuánta cosa. Muchachos en bicicleta de aquí para allá. Traslado mi mirada un poco más hacia el este y veo la calle tan transitada como de costumbre. Qué ganas de bajar y sentarme bajo la sombra de algún árbol a tomar mate y disfrutar de la lectura de un buen libro o, por qué no, a releer algún viejo –y no tanto- libro de Benedetti.-

Desde el martes hasta ayer (viernes) me quedé en la casa de Noe (la melli), una de mis grandes amigas. Disfrutamos tanto de estos días previos a los próximos exámenes... Aprovechamos para descansar, para charlar de todo un poco, nos divertimos un montón, conversamos con toda su familia, nos deleitamos con las delicias que prepara su mamá. Y ayer nos levantamos a las tres y media de la tarde. Aunque, en realidad, nos despertamos a las diez de la mañana pero luego nos quedamos viendo películas. ¿Cuánto hace que no disfrutaba de una buena película en compañía de buenos amigos? Bastante, definitivamente. Entre las tantas que vimos, está “El fantasma de papá”. ¡Con Bill Cosby como actor principal! Hace gran cantidad de tiempo que no veía una de sus películas o de sus series. Qué disfrutables han sido estos días.-

Qué linda sensación de paz y de tranquilidad me invade últimamente, ni siquiera voy a pensar en la idea de evadirla. Voy a seguir tarareando alguna canción y disfrutando de estos días primaverales que me regala la vida. Y así me voy, escuchando “Mal acostumado” del grupo Araketu (aunque no es de mis estilos predilectos), conteniéndome las ganas de bailarla...




“Mal acostumado
Você me deixou
Mal acostumado
Com o seu amor

Então volta
Traz de volta o meu sorriso
Sem você não
posso ser feliz”

Práctica docente ¡aprobada!


Ayer tuvo lugar el tan ansiado examen de práctica docente. ¡¡APROBÉ!!
Creo que la alegría me desbordaba en el momento (y posteriormente también, pues aún no puedo creerlo).-
Comencé la jornada con mucho nerviosismo. Había llevado a la escuela un montón de grandes láminas de Montevideo colonial (que me costó muchísimo poder encontrar), serían parte de una de mis actividades: Ciencias Sociales. Conté con el apoyo de mi maestro adscriptor y de mi amiga y compañera de práctica, la melli (Noel). Decidí innovar la modalidad de la clase trasladando a mis alumnos a la biblioteca, en donde se desarrollaron mis actividades hasta la hora del recreo.-
Anteriormente tuve la oportunidad de hablar con ellos y explicarles cómo sería el día para todos (incluyéndome), la importancia y el valor que tenía para mí. Se portaron espléndidamente, todos participaron en clase y aportaron muchos datos riquísimos, pudieron reflexionar sobre hechos o elementos de la época colonial, aunque no tanto como lo hubiera deseado. Pero quedé enormemente conforme con las actividades y con mis alumnos, tan chiquitos, inquietos e inteligentes. A veces hacían algún aporte que me causaba gracia y si no fuera porque un tribunal de evaluación se encontraba ante mí hubiera largado una gran risa (y no sólo la sonrisa que llegué a demostrar en ese momento).-
Finalmente, pasé a la instancia oral, donde el tribunal comenzaba a hacerme preguntas acerca de las clases que di ayer y, sobre todo, aspectos didácticos en general. Tras un pequeño rato de reflexión, autoevaluaciones, comentarios acerca de los niños y del tema tratado, debí esperar fuera de la Dirección (que es donde se realizaba esa instancia)... Repentinamente se abrió la puerta, miro, veo a mi maestro adscriptor acercándose hacia mí con una sonrisa y con mi carpeta de práctica en mano: "¡Muy bien!" exclamó. Y tras él, se acerca la Directora mirándome bajo sus anteojos y con una sonrisa en sus labios... "aprobaste, muy bien". Recibí felicitaciones de ambos, una alegría inmensa. Es inexplicable. Con haber aprobado la práctica docente ya siento que estoy recibida, aunque sé que aún me quedan algunos escalones en este trayecto de mi carrera. Pero lo fundamental ya está cumplido. Ya me siento maestra, y eso es lo importante.-

Estoy muy orgullosa de haber llegado hasta aquí, y esto es para demostrar que todo se puede en la vida. Sólo es cuestión de quererlo con tods sus fuerzas y con lo más profundo del alma. Todo lo que amamos es posible de realizar. Agradezco enormemente a todos aquellos que me han apoyado hasta el día de hoy, a quienes confiaron siempre en mí, a aquellos que nunca dudaron de que yo podría llegar hasta este paso del camino, a todos quienes comprendieron el esfuerzo que debí pasar y me tendieron su mano brindándome el apoyo necesario... Simplemente, ¡gracias!

Y acá estoy. Soy una futura maestra. A un paso de recibirme. Qué alegría inexplicable, qué ganas de suspirar profundamente, ponerme la túnica y pararme ante mi grupo de clase y sentirme maestra por completo.-

Adoro mi vocación.-

Mañana: examen final.


Finalmente llegó el día tan ansiado, tan esperado, tan... simplemente, llegó el día del examen final en la escuela. Tengo el examen de práctica docente.-
He tenido que andar en mil vueltas, de aquí para allá, de allá para aquí, buscando materiales acerca del tema que voy a dar: Montevideo Colonial. Pero no es sólo eso lo que debo dar mañana, también será algo de Ciencias Naturales: suelos, Lengua y Matemática.-
Espero que me vaya bien... es uno de los exámenes más importantes en mi carrera. Yo diría que es EL examen. En fin, procurando que los nervios no me invadan en el día de mañana, que la tranquilidad reine sobre mi persona (mmh... bueno, a pesar de que suene imposible, claro), veremos qué es lo que sucede. Pero seguro que cuando tenga noticias vengo a contar cómo me fue.-

Deseenme mucha "mèrde".-

Escrito por la noche.

La noche abraza a la ciudad
y la luna parece inspirar hondo
buscando expandir su resplandor.
Un viejo libro tendido sobre la mesa,
releido tantas veces
como la nostalgia lo requiere;
un papel con un número escrito
en forma deliberadamente descuidada;
un cassette en cuya cinta
podría escucharse una extraña balada de amor...
elementos que enmarcan
esta noche de primavera.

Miro hacia un rincón de esa agotada mesa,
llena de obstáculos,
y vislumbro tu fotografía.
Observo tu rostro,
me detengo con cautela en tu sonrisa.
Continúo mi recorrido hacia tus ojos
con el encanto que siempre
has logrado incorporar en mi alma.

Tu figura aparece ante mí,
estás en mi mente.
Estás allí, tan cerca de mí.
Tus manos aguradan por mí.
Y ahora, aguardo por ti.

Ponto vendrás y me haces ser
afortunadamente consciente
de que este amor es real.

(Ana Stelmack)

Más que de costumbre.-


Esta mañana he despertado con el pálido resplandor de unos rayos de sol sobre mi rostro. Miro hacia la ventana. El día está hermoso, una brisa tímida apenas mueve las hojas de los árboles. Y la persiana, que permaneció abierta toda la noche, se mantendrá en su misma posición durante toda la jornada. Mantengo mi cuerpo distendido sobre mi cama. Prefiero aprovechar a que mis párpados cubran mis pupilas buscando extender el sueño que me había dominado hasta el momento. Sólo tengo media jornada de clases hoy... ¿por qué no descansar tan sólo un instante más que de costumbre?

Hoy puede ser un gran día

Hoy puede ser un gran día.
Plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.

Dale el día libre a la experiencia
para comenzar,
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar.

Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.

Saca de paseo a tus instintos
y ventílalos al sol
y no dosifiques los placeres;
si puedes, derróchalos.

Si la rutina te aplasta,
dile que ya basta de mediocridad.

Hoy puede ser un gran día
date una oportunidad.

Hoy puede ser un gran día
imposible de recuperar,
un ejemplar único,
no lo dejes escapar.

Que todo cuanto te rodea
lo han puesto para ti.
No lo mires desde la ventana
y siéntate al festín.

Pelea por lo que quieres
y no desesperes si algo no anda bien.

Hoy puede ser un gran día
y mañana también.



(Joan Manuel Serrat)



Con esta canción nos despidió la Directora de la escuela de CSCC en una despedida que nos organizaron el pasado miércoles, emocionante hasta estremecer el corazón, inolvidable hasta calar hondo en el alma... "hoy puede ser un gran día, y mañana también...".

Día del Patrimonio

El pasado fin de semana se celebró en Uruguay el "Día del Patrimonio", dos días dedicados a recorrer diversos sitios con valor cultural e histórico para el país. Por eso, el domingo salí a recorrer los diferentes lugares que se prestaban a ser visitados en la zona del Prado. Entre los lugares visitados están...

- La Quinta de Berro (Av. Agraciada 3399, esq. 19 de Abril), "el palacio inglés y neogótico que corona el Prado". Con un jardín sumamente hermoso y dotado de diversas tonalidades de verdes y frescura a su alrededor, una de sus zonas a destacar es su entrada que sella a los visitantes en sus pupilas con una hermosa fuente de agua.

- El jardín botánico (Av. 19 de Abril 1181), dotado de colecciones de plantas con un montón de géneros y especies representativas. Puede considerarse un museo. Se encarga de preservar y conservar la vegetación. Podemos encontrar un gran número de diversas especies.



- Residencia Presidencial de Suárez (Av. Suárez y Reyes), allí llegamos justo cuando finalizaba el horario de visita... pero posee tres plantas, un mirador y un jardín deslumbrante, que incluye un rosedal y un pabellón de cristal y acero.

- Museo Municipal de Bellas Artes, Juan Manuel Blanes (Av. Millán 4015), donde pueden apreciarse obras de Juan Manuel Blanes, así como también de Pedro Figari. También suelen realizarse exposiciones temporales de otros artistas.

- Jardín Japonés del Museo Blanes. Simplemente, hermoso.

- para acabar la jornada, nos fuimos a pasar un rato en el Centro de Protección de Choferes (Av. de las Instrucciones entre Av. Millán y Boulevard José Batlle y Ordóñez), un lugar a donde se puede ir en familia, o en compañía de amigos, a pasar la tarde, hacer un asado, festejar un cumpleaños, jugar en los diferentes juegos que se encuentran en una especie de plaza. Hay mesas, parrilleros, diversas plantas y árboles, en fin. Un ambiente muy agradable.

Cómo olvidarlos...

- Brandon, con sus enormes ojitos llenos de ternura y su tímida simpatía. El más apegado a nosotros, con sus ganas de ayudar siempre, con sus abrazos dando los “buenos días” a la hora de entrar a la escuela. Es quien formaba parte de la banda "Brandon y las melli".
- Daniel, tan tímido cuando recién comenzamos las clases, con lo que le costó soltarse y mostrar su corazón tanto a nosotras como a sus compañeros. Ahora es tan afectivo y demostrativo, siempre debíamos ayudarlo en su banco a hacer las taras y eso le fortificó su seguridad en sí mismo.
- Camila, con su voz extremadamente aguda exclamando “¡ah! ¡pero maestra...!” , con su simpatía y sus ganas de jugar y crecer.
- Anita, con su mirada tras esos lentes, con sus acercamientos a nosotras para decirnos, “¿me corregís el cuaderno?”...
- Ana Laura, una niña que parece más grande de lo que es y, sin embargo, es admirable la capacidad que tiene de jugar, de reír y de ser niña junto a todos sus compañeros.
- Abel, con sus pocas ganas de trabajar en clase pero con toda su energía para vivir conversando cuando en realidad hay que hacer tarea, con sus historias de niño travieso que día a día traía a clase. Y nuestros gritos de “¡A ver, Abel! ¡Shh!”.
- Marcelo, con su personalidad tan seria pero en realidad lleno de ansias por compartir sonrisas.
- Florencia, una niña muy estudiosa, siempre aplicada a las tareas escolares, con su prolijidad sin igual.
- Michael, chico callado (en clase), un poco tímido. Pero con una dulzura en su rostro que lo dice todo.
- Tatiana, una niña muy querible, que siempre intenta defender a sus compañeros. A pesar de estar bajo tratamiento ha obtenido la comprensión de sus compañeros.
- Gimena, tuvimos pocas oportunidades de entablar comunicación con ella, debió faltar por razones de salud, pero de todos modos demostró siempre su simpatía y sus ganas de avanzar.


Estos once ex alumnitos fueron quienes asistieron al teatro en el día de ayer, pero tampoco podemos olvidar a...

- Andrés (I), el típico niño del “yo no fui”. Siempre haciendo travesuras, tanto durante la clase como a la hora de la salida. A pesar de todo, siempre hace reír con sus piropos.
- Andrés (II), un niño con una imaginación muy potente a la que sólo hay que soltarle un poco sus alas para que vuele libremente.
- Rodrigo, inquieto, conversador, alegre, siempre está con alguna excusa en mente para no hacer los deberes.
- Carlos, el chico que aprendió a escribir recién este año, demandante de mucho apoyo pero sobre todo de mucha atención a nivel interior.
- Elizabeth, una niña que se deja llevar por las travesuras de los demás niños, con una sonrisa cada vez que logra finalizar un trabajo antes que otro compañero.
- Michelle, con sus mejillas rozagantes, y mostrando siempre sus figuritas coleccionables antes que sus tareas...
- Christian, que a simple vista demuestra cara de “chico malo” y en realidad tiene un corazón que se ablanda tan fácilmente que no logra disimularlo.
- Piriscilla, la niña que parece un calco de “la pequeña Lulú”, con su sonrisa remarcando sus mejillas y un carácter que hacía que la llamáramos “nuestra secretaria".
- Richard, un chico sumamente tímido, que a pesar de necesitar ayuda a veces intentaba demostrar como que no era así, pero siempre debía vencer a su propio orgullo.

A todos ellos, muchas gracias por los momentos compartidos, por habernos permitido soñar y ser parte de sus corazones... simplemente, nunca los olivdaré, siempre irán en lo más profundo de mi alma, serán esos alumnos imposibles de no recordar.
¡Los quiero mucho!

Sorpresa en el teatro

Ayer (junto a la melli), les dimos una sorpresa a nuestros ex alumnos de la escuela de CSCC. Ellos tenían una salida al teatro, iban a ver “Perico” (de Morosoli), pero no tenían ni la menor idea de que nosotras también iríamos. Es más, el pasado viernes cuando nos despedimos finalmente de ellos nos preguntaron cuándo los volveríamos a ver y les dijimos “más adelante, se nos va a complicar para vernos, no sabemos cuándo será”. Lo que menos pensaban es encontrarnos allí.

Llegamos al teatro antes de que comenzara la obra, nos pusimos la túnica y nos quedamos en un rincón, de manera que ellos no nos vieran cuando llegaran. De repente vimos que se hacía la hora del comienzo de la obra y ellos aún no llegaban... entonces me asomé a la puerta del teatro y vi que había un ómnibus lleno de niños, uno de ellos me señala. Volví inmediatamente a nuestro lugar porque supuse que ya me habían identificado. Hasta que un minuto después se escuchan fuertes pisadas, corridas más bien. Aparecen sorpresivamente todos los niños gritando nuestros nombres y exclamando “¡ahí están! ¡ahí están!”.
No puedo explicar la sensación tan extraña que me golpeó fuertemente el alma y me dejó sin habla, tan sólo mis ojos humedecidos en lágrimas obstinadamente atrapadas miraban a cada uno de esos niñitos corriendo hacia nosotras. Recibimos millones de abrazos, montones de besos, cientos de “te extrañamos”, y unos cuantos “no te vayas de nuevo”.
¿Qué más puedo decir? ¿cómo dos maestras practicantes pudimos ganarnos tanto cariño de estos niños? ¿cómo ellos pudieron llegar tan hondo a nuestros corazones que cada vez que los recordamos esbozamos una sonrisa y nuestras pupilas se tornan rojizas? Menuda sorpresa se llevaron ayer. Para ver la obra todos querían sentarse a nuestro lado, pero las maestras debíamos estar ubicadas en las esquinas de las butacas para que todos los niños pudieran ver sin inconvenientes. Cómo queremos a estos alumnitos, cómo nos ha costado y nos seguirá costando despegarnos de ellos.

Te cuento un cuento... Perico

Me parece interesante compartir este comentario respecto a la obra "Perico" (de Juan José Morosoli) que se está realizando en el Teatro "El Galpón", a la cual fuimos a ver ayer con mis ex alumnos...
(...) en el programa de Extensión Cultural dedicado a los niños de Enseñanza Primaria, la institución galponera ha puesto en escena Te cuento un cuento...Perico, una obra en versión y dirección de María Azambuya sobre el texto Perico de Juan José Morosoli. Respecto a esto, la directora expresó que "Cuando uno lee o escucha por primera vez Perico, siente que esos cuentos se van a quedar para siempre en nosotros. Y eso es lo que nos pasó cuando volvimos a trabajar con ese pequeño gran libro, era como releer las cartas que estaban en un ropero. La frescura y la emoción que nos había causado volvían, y sin ningún esfuerzo, después de tantos y tantos años, mojaba nuestros ojos y alegraba nuestras vidas. Con esa emoción y con esa alegría es que hicimos Te cuento un cuento... Perico con el elenco compuesto por Myriam Gleijer, Marcos Flack, Angeles Vázquez, Dino Gauto y Pablo Dive, casi sin pensarlo entramos en el mundo del recuerdo de nuestra infancia y del recuerdo de Perico. Pero esto no paró ahí. A ese juego y con la misma alegría, se sumó Eduardo Larbanois e hizo la música, Gerardo Bugarin se encargó del vestuario y de la escenografía, Fernando Tabaylain de las luces, y hasta nuestra productora Carolina Pereira siguió junto con Emilia su hijita paso a paso estos cuentos que nos siguen llenando de ternura". *
* Tomado de: Diario "La República" - 09/09/2006
Sección Cultura

Dale vida a los sueños

Este poema de Mario Benedetti fue quien actuó como mediador en la despedida de la escuela de CSCC, hoy fue mi último día en ella.


Dale vida a los sueños que alimentan el alma,
no los confundas nunca con realidades vanas.
Y aunque tu mente sienta necesidad, humana,
de conseguir las metas y de escalar montañas,
nunca rompas tus sueños, porque matas el alma.

Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco,
no los dejes que mueran de hastío, poco a poco,
no les rompas las alas, que son de fantasía,
y déjalos que vuelen contigo en compañía.

Dale vida a tus sueños y, con ellos volando,
tocarás las estrellas y el viento, susurrando,
te contará secretos que para ti ha guardado
y sentirás el cuerpo con caricias, bañado,
del alma que despierta para estar a tu lado.

Dale vida a los sueños que tienes escondidos,
descubrirás que puedes vivir estos momentos
con los ojos abiertos y los miedos dormidos,
con los ojos cerrados y los sueños despierto.

(Mario Benedetti)

¡Feliz día del maestro!


Hoy, 22 de setiembre, se celebra acá en Uruguay el Día del Maestro. Así que a todos aquellos que compartan esta hermosa vocación de la docencia les deseo un muy feliz día y que disfruten mucho. Esta profesión que hemos elegido es complicada, es difícil, tiene sus "cosas". Pero sobre todo, hay millones de cosas que se rescatan y son las que dan mayores ganas de seguir adelante y de pelear día a día en esta carrera. El amor incondicional hacia la educación, hacia nuestros niños, nuestros alumnos que serán los ciudadanos del mañana y que ya lo están siendo. Las ganas de cambiar el mundo, de construir uno mejor y de alcanzar la paz. La esperanza de cambiar realidades. De saber que estamos ahí y que nuestros alumnos siempre podrán contar con nosotros. Saber que les enseñaremos que el mundo puede ser otro, a pesar de ser el que es.
¡Feliz día maestros! ¡feliz día!...

Dejarse llevar por los sueños

Últimamente tengo sueños de los que luego mantengo la imagen en el transcurso del día. Sueños que al comienzo parecen agradables pero luego acaban volviéndose irresistiblemente intolerables. Pero logro mantenerlos intactos, sólo son un sueño. Despierto, los recuerdo, los evado, vuelven a mí y nuevamente intento evadirlos.
En el día me vienen imagenes como la sucesión de distintas fotografías acerca de las diversas situaciones vividas en esos sueños. A veces me encienden los nervios, la preocupación, el miedo a que realmente suceda lo soñado. Porque me ha pasado en más de una ocasión.
Pero siguen intactos, sólo son sueños. Quizás signifiquen algo, quizás sólo sea un vuelo extra que decidió hacer mi imaginación. Y se lo permito, después de todo, soñar y soñar, en cualquiera de los sentidos que se tome siempre es buena señal. Señal de que vivimos esta vida y que sabemos que podemos ineractuar en ella, cambiar nuestro destino, cambiar nuestras realidades.

El secreto de Sally

Finalmente. Ayer llegaron las ansiadas vacaciones de primavera. Durante la próxima semana no tendré que ir a clases. Me dediqué a reorganizar mi dormitorio. Cambié el orden de todos los muebles que se encuentran en él. Esto no es nada extraño en mí, ya que cada tanto suelo "reacomodar" todo. ¿Será algún síntoma de algo? ¿tendrá algún significado? nunca estoy conforme con la distribución y entonces decido cambiar todo. Todo. Me lleva un par de horas, honestamente un poco más.
En la noche simplemente me acosté, a mirar televisión. Hace mucho que no lo hacía. Pero en el día de ayer sentía como una paz, una tranquilidad, quizás sea el indicio de que realmente estaba saboreando el comienzo de estas vacaciones (aunque sean tan breves como para durar tan sólo una semana).
Primero miré un documental sobre Mario Benedetti, mi tan amado escritor: Palabras verdaderas (de Ricardo Casas). Simplemente: excelente. Sin palabras. Me encantó, y no sólo porque yo sea admiradora de un personaje tal como lo es Marito, sino que me agradó mucho cómo estaba realizadoo, la manera en que zse presentaban las distintas informaciones, las fotografías, los poemas relatados... todo.
Luego me dediqué a ver la película El secreto de Sally (en inglés se titula "House of Cards"). Una película muy interesante. Creo que, como futura docente, es posible que en algún momento me cruce con algún caso de niños que se encuentren con este problema que manifiesta Sally. Y es necesario saber cómo actuar, cómo reaccionar.... lo que más rescato es la posibilidad que siempre se encuentra de inmiscuirse en el mundo del otro para poder comprenderlo, para llegar a entablar un diálogo que quizás tan sólo sea un diálogo con el alma.



El mundo de Sally: Sally tiene seis años; era una niña brillante, capaz de hablar con soltura tres idiomas. Pasó tres años en Sudamérica y su padre murió en un accidente a causa de una caída en una excavación arqueológica. De regreso a casa, comienza a manifestar un extraño comportamiento: ya no habla, le gusta subir a sitios altos, aunque ponga en peligro su vida; grita cuando cambian algo de posición y parece mostrar sorprendentes habilidades jugando a la pelota. Sally reacciona a la muerte de una manera muy extraña. Su condición empeora y su madre se niega a que sea tratada por un especialista, pero el psiquiatra del colegio (Jake, experto en autismo de niños) insiste ante un caso que parece distinto a todos los que ha conocido. Pero Ruth coge otro camino, arriesgando su propia salud mental para poder llegar a entender a Sally.

Este pánico social

Como todas las mañanas, salgo apresurada de casa. Se hacen las 6:45 y estoy a punto de perder el ómnibus que me deja en hora en la escuela. Sin embargo, debo viajar sola. Mis compañeras han de haberse tomado el que pasó anteriormente. Aguardo en la parada, los minutos transcurren... extraigo mi celular del bolsillo, observo la hora. Vuelvo a guardarlo. Segundos más tarde vuelvo a observar la hora. Viene el ómnibus. Durante el transcurso del viaje comienza a llenarse de gente. Van subiendo cada tanto y mantengo un silencio aniquilado en un suspiro esperanzador de que cuando esté llegando a destino ya esté más despejado el ambiente. Se supone que tengo una hora y cinco minutos de viaje desde mi punto de partida hasta mi destino: la escuela.

El tiempo va pasando y repentimante comienzo a sentir que mi corazón se acelera, golpea fuertemente contra mi pecho. Mi respiración se dificulta. Sí... el tan temido pánico social me invade una vez más. Intento controlarme, trato de no demostrar mis síntomas pero siento que todos los pasajeros me observan y que se han percatado de lo que me sucede (aunque realmente no sea así). Siento miradas por doquier, me rodean, me observan, me cuestionan sin emitir comentario, sus rostros lo dicen todo. Ya no puedo seguir en viaje. Necesito descender, respirar el aire urbano, sentir que ya no estoy en ese ómnibus. Simplemente apaciguarme. Ya llevo treinta y cinco minutos de recorrido. Mantenerme allí por otra cantidad igual de tiempo se me hará eterno. No creo resistirlo. Tomo mi mochila, me la cuelgo al hombro. Sin siquiera pedir permiso me apresuro hasta llegar a la puerta trasera del ómnibus. Toco timbre anunciando mi próxima parada para descender. Finalmente, lo hago. Piso tierra firme. Estoy sobre la vereda, al menos allí ya no hay tanta gente. Los síntomas de mi pánico social aún siguen manifestándose como desde el comienzo.

Camino lentamente... mirando hacia abajo, intentando no cruzar miradas con ningún transeúnte. Busco un teléfono, llamo a casa. Nadie contesta. Dejo sonar. Nada. Llamo a mi tío, no le explico lo sucedido. Tan sólo necesito que alguien sepa que regreso a casa. Y así lo hago. Ya estoy de nuevo a salvo, aunque sé que nunca dejé de estarlo.

Seguimos sonriendo


Un trueno lejano
anuncia la lluvia que ha de venir,
una nube reciamente gris que se aproxima
oculta el celeste del cielo
y en este rincón
una sonrisa está a punto de nacer.

¡Abran paso, déjenla volar!
¿no ven que hace tiempo
está aquí guardada
esperando por quien le ayude a vivir?

Y ahí llegas tú con tu presencia
enmarañada en este paisaje confuso,
me tiendes tu mano,invado tu mirada
y me brindas la sinceridad de tu alma,
su avidez ya me pertenece.

Juntos unidos en un abrazo,
al fin,
avanzamos en este esperanzador camino
y dejamos que esta sonrisa
-coexistiendo con otras sorpresivas-,
brote, crezca, viva y nos pertenezca.

Sonreímos,
nos queremos,
y aún seguimos sonriendo.

Ana Stelmack

Rescata mi corazón


Ayer salimos con Noe (la melli), Marcelo (my love) y yo. Pasamos súper bien. A pesar de algunos inconvenientes que ocurrieron supimos divertirnos, jugamos al pool, nos reímos mucho, cantamos un montón... y al regreso veníamos coreando, tanto en la calle como dentro del auto, la siguiente canción que escuchamos dentro del Shopping:

Esta noche pensé en pasarte a buscar
que estés lista a las diez, invitarte a cenar
a esos sitios que nunca te llevo
y a la luz de la luna confesarte un deseo.

A la orilla del mar diré frases de amor
iremos a bailar, beberemos Chandón
y a la hora en que las princesas se enamoran
dejarás el salón, por quedarnos a solas.

Hoy... puedo morir de amor,
rescata mi corazón
quédate conmigo.

["Rescata mi corazón" - Manuel Wirtz]





... y para la vida

Este mensaje nos lo transmitió a las maestras practicantes la directora de la escuela en donde hacemos la práctica de CSCC. Lo dejo para compartirlo con uds.


No acepten lo habitual
como una cosa natural.
Pues en tiempo de confusión organizada,
de arbitrariedad consciente,
de humanidad deshumanizada
nada debe parecer natural,
nada debe parecer...
IMPOSIBLE DE CAMBIAR.

(Berthold Brecht)

Pizza, muzzarella y una pitón

Anoche fuimos con Marcelo a lo de mi concu (Andrea) y Gabriel. Vimos una película en la casa de ellos: "Python". Estuvo bastante buena. Comimos pizza con muzzarella y nos divertimos un buen rato. Si no fuera por mi cuñado que nos estaba echando nos hubieramos quedado hasta más tarde. Mmh. Los años no vienen solos...


Python: Una pitón de enormes dimensiones, fruto de un experimento genético, escapa tras accidentarse el avión donde era transportada. Las víctimas empiezan a sucederse y los agentes especiales tratan de capturarla, entre ellos el Dr. Rudolph, responsable de la criatura.

El “cuco” del CSCC no era tal

Esta semana comencé la práctica docente en una escuela de CSCC. ¿Qué es eso de CSCC? Todos los que estudiamos magisterio antes de conocerlo le teníamos una especie de miedo, o de temor. Era como un bicho raro. Se decía... “en setiembre se viene la práctica en contexto” y un estruendoso “¡uuuuh!” se emitía en forma prácticamente automática por parte del receptor de dicho mensaje. El CSCC es la práctica docente en una escuela de “contexto socio-cultural crítico”. Es decir, un contexto que está minado de carencias. Éste puede ser: desfavorable, muy desfavorable... la escuela en la que debo hacer la práctica es de contexto “muy desfavorable”. Sin embargo, a pesar de lo que todos imaginamos en un momento... me encantó estar en esta escuela. Se ven muchos problemas de conducta, atencionales, materiales, etc. Todo tipo de problemas y carencias, pero tiene sus cosas positivas. Los niños son sumamente sociables con nosotras, “las maestras nuevas” según sus propias palabras.
Por suerte he tenido la posibilidad de compartir momentos preciosos con los alumnos ya desde la primer semana. A la hora del recreo otra maestra practicante y yo organizamos juegos con ellos. Los alumnos no podían creer que “¡¡las maestras juegan al fútbol!!”. Pero pasaron muy bien, la carita de contentos que pusieron cuando les llevé la pelota y les dije que íbamos a jugar entre todos... no tiene explicación. Hay nimiedades que te llegan al corazón, y te tocan donde el corazón te hace vibrar el pecho. Y es fuerte. Ahora prácticamente todos los días vamos a organizar juegos con los niños (mi compañera de práctica y yo), ya sea a la rayuela, al manchado, a la pelota, etc. Creo que si nosotras, que somos maestras, podemos integrarnos a ellos de esa manera se van a sentir muy bien y van a ver una faceta de los docentes que hasta ahora no estaban acostumbrados a ver. Además, estos niños necesitan elevar su autoestima y a través de l juego pueden hacerse muchas cosas a favor de eso. El jueves fuimos a recorrer el barrio con la Directora y todas las maestras practicantes, así podemos saber más acerca de cómo son los hogares de los niños que asisten a esta escuela. Es una escuela complicada. Cerca hay unos cuantos asentamientos, y de allí es que vienen la mayoría de los niños. Hubo cosas fuertes de ver, y otras que una se cuestiona y que antes no imaginaba que podían darse determinadas situaciones hasta que las tenemos ante nuestros ojos y reaccionamos súbitamente. Lo que destaco de estos niños y que siempre voy a mantener y valorar es el cariño que demuestran, y la necesidad del mismo que denotan. Necesitan afecto, que estés con ellos, que compartas una sonrisa, que les dediques un tiempo, que los comprendas. Simplemente, son niños con mucho amor para dar y recibir. En octubre ya regreso a la escuela donde estaba haciendo la práctica docente anteriormente y desde ya me estoy imaginando qué duro va a ser abandonar esta nueva escuela, estos nuevos alumnos, por más que estemos junto a ellos tan sólo un mes. Son los propiedades del hecho de ser docente y hay que acostumbrarse a las “bienvenidas y despedidas” que nos depara la vida de ahora en más.

La noche de la nostalgia

Como todos los años, acá en Uruguay se festejó el pasado 24 de agosto la típica "Noche de la nostalgia". Una noche donde todos salen a bailar y a disfrutar de la música de antes, los típicos oldies o aquellos temas que perduran en el tiempo y en nuestras almas. Canciones que nos traen recuerdos, nostalgias de un pasado que puede mantenerse estático o regresar a nuestra mente en un instante.
La gente suele ir a bailar a diferentes locales bailables, boliches, pubs... etc., etc. Lugares donde cobran la entradaextremadamente más de lo que se acostumbra. Por lo tanto, con mis amigas organizamos una fiesta de entre casa que estuvo espectacular.
Fuimos a la casa de la abuela de Flavis. Está vacía, entonces no teníamos impedimento para su uso. Teníamos pensado que fuéramos diez personas en total, luego se redujo el número a ocho... hasta que finalmente, entre que unas personas suspendieron, fuimos sólo cuatro: Flavis, Alejandra, Marcelo y yo. Escuchamos un montón de oldies toda la noche. Contamos historias. Jugamos a "verdad-consecuencia". Mis amigas conocieron a Marce. Era la primera vez que salíamos con Marce a "bailar", aunque él mucho no demostró sus cualidades de baile. Pero yo sin duda me animé a bailar y armé coreografías con Flavis y Ale. ¡Hay que divertirse! y seguramente así fue. Nos divertimos como nunca. Tuve la oportunidad de disfrutar lindos momentos con Marce y con mis amigas. Pasar una noche al mejor estilo "campamento". Terminó a las siete de la mañana... mientras todos abrigados con una frazada admirábamos el amanecer a través de la ventana, cebando mate y escuchando una radio a pilas.
La diversión la ponemos nosotros, con poco pasamos genial.
Esperamos que se repita nuevamente.

Amor inesperado


Qué placentero, tranquilizador e inexplicable
saber que una caricia vuelve a sacudirme el alma,
que simplemente una mano sobre la mía me llena de paz,
que unos ojos me miran intentando descifrar mi corazón,
que mi mirada se refleja en otra que se vuelve celestial
y, sobre todo, saberte aquí.

Un abrazo inesperado adormece mis párpados,
deja caer mi cabeza sobre unos hombros extrañamente encontrados.
Un latir sorpresivamente acelerado
aparece cuando te aproximas a mi lado,
junto a constantes deseos de que tu presencia se instale aquí.

Suaves caricias han viajado por mi rostro,
dedos espléndidamente somnolientos han jugado con los míos
despertando a la ternura tiernamente escondida,
unos ojos cargados de dulzura se han posado sobre mí
y tú sentado a mi lado
me permites ser consciente de que estás aquí.

Quizás dudara de tanta locura disfrazada de suavidad,
sin embargo, el mundo ya no tiene vueltas para detenernos.
La confianza nos guiará hasta el destino siguiente
y las ansias de estar juntos nos brindarán el valor
para continuar en esta pequeña gran batalla del corazón.

Ana Stelmack

Fue un 21 de agosto


Una llovizna fría me hizo de compañía en el camino hasta llegar a vos. Mientras íbamos rumbo a algún lugar en compañía de amigos, el arco iris se clavó en el cielo, ante nuestros ansiosos ojos. Inquietos buscábamos observarlo durante el trayecto...
¡Cómo mi corazón puede acelerarse rápidamente tan sólo de sentir que tus pasos van a mi lado!
Una vez que cayó la noche y que nos encontrábamos sólo vos y yo, caminamos bajo la luna, en medio de nocturnos instantes fríos, brisas suaves de viento que helaban mis manos. Sonrisas, humor, recuerdos, anécdotas, actuaban como vínculo para conseguir unir nuestras miradas, sentir que nuestras almas ya estaban descubriéndose.
El día finalizaba. La noche ya nos había abrazado por un largo lapso. Un nuevo día estaba naciendo. Sorpresivamente tus palabras anudaron mágicamente mi garganta, sentenciaron mi corazón a que tu alma sea el motivo por el que latir. Pero ahora éramos nosotros quienes se unían en un abrazo.
Sentir tus brazos rodeando mi espalda, saber que tu alegría es sincera, que este es el comienzo del futuro venidero destinado a continuar unidos de la mano.
Saborear un beso de bienvenida, el anunciante del inicio de este amor que parecerá eterno mientras estés a mi lado.
Saber que te estoy queriendo, que estás aquí, que nuestras almas ya se encontraron, cambia mi vida, mi espacio. Transforma mi universo, porque ahora mi universo lleva tu nombre.

Esperaré ansiosa tantos otros 21 de agosto a tu lado y saber que estás y que nuestro amor perdura.

Esa extrañeza

A veces ocurre que se siente alegría sin tener necesariamente un motivo, o quizás sí se tiene una razón, y es una sensación gratificante (con una misma y con los demás). También suele suceder lo contrario. Se suele sentir tristeza sin tener necesariamente un motivo. Tristeza. Simplemente eso. No es que hoy me sienta triste, simplemente siento una sensación extraña. Siento los latidos de mi corazón, cada tanto se acrecientan. Cada tanto pasan desapercibidos. Pero vivo las emociones que hace tiempo no vivía. De todos modos, eso me agrada. Creo que estoy enfrentando a la vida y ya no es que la vida me enfrenta a mí. Y le doy pelea. Y busco las señales que el destino cruza en mi camino. Intento descubrirlas, no eludirlas. Las tengo ante mis ojos y las vislumbro, entrando a un nuevo mundo. Un mundo donde todo cambio es posible, y en el que se puede luchar en busca de un futuro que está esperando para darnos buenas nuevas.

Ana Stelmack

Esa calma envuelta en sonrisa

Cierro los ojos. Los minutos golpean contra la solapa de mi reloj. Escucho un suave tic-tac. Comienzo a dormirme… mi mente inicia un viaje al pasado acercándolo al presente. Una sonrisa es puesta ante mí, pero irónicamente la furia se desata en mi ser, bajo escaleras a un acelerado paso, corro, huyo, me desconcierto. Me detengo, intento suavizar mi respiración. Miro hacia atrás. No hay nada ni nadie. Miro hacia delante. Nuevamente una persona me mira, con una lágrima en su mejilla. Me tiende su mano, inconscientemente se la tomo y sonríe. Ambos sonreímos al unísono. Despierto. Con sensación de calma, me cuesta tanto abrir los ojos. Quizás pudiera sentir la calma que me brindaba esa sonrisa durante un tiempo más.

Ana Stelmack

La vida es otra y es la misma

Junto al sol que renace sobre el cielo de esta ciudad, la inquietud me envuelve nuevamente. La sensación de miedo a quedarme sin palabras circunda mi mente. Y la alegría de verte otra vez, luego de largo tiempo de inocentes ausencias de tu presencia, rodea mi corazón. ¿Qué palabras emitirán nuestras almas a través de nuestros labios al vernos? Quizás un “Hola, por fin... ¿cómo estás?” sea suficiente para comenzar a vivir esta vida, que es otra y a la vez es la misma. Simplemente te esperaba. Y el destino logró cruzarnos una vez más para darnos esta oportunidad que hace tanto esperábamos pero que las odiseas de la vida repentinamente impedían que sucediera. Quizás esté equivocada, pero ahora la ilusión es quien dirige mi corazón.

Ana Stelmack

El café de la esquina

Hace unos días comencé a participar en una lista de correo, muy buena onda. Tiene un nombre particular que me llamó mucho la atención y creo que eso fue lo que me llevó a inscribime en ella. "El café de la esquina". Así se llama. Me pareció que sería como ir realmente a un café, a estar entre amigos, entre personas que tienen mucho para compartir y por conocer. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase "Nos vemos en el café de la esquina"? Personalmente nunca la mencioné. Pero suelen ser sitios que asocio bastante a lo literario. Me gusta el hecho de sentarme en un café, beber algo y, mientras, escribir. Inspirarme. Con el fuerte olor a café. Los transeúntes que se ven a través de la ventana. Gente que va, que viene. Gente que se sienta a leer el diario por la mañana, o por la tarde. Gente que se reúne a compartir risas con amigos. Gente con ganas de compartir su soledad. Gente en soledad, acrecentándola o disimulándola sentado en un café y mirando la interacción de los demás individuos. Gente con sueños. Reencuentros. Despedidas. Amores que comienzan. Amores que se terminan. Amores que ríen, que lloran, que disfrutan, que sufren, amores que se alejan, amores que se acercan, amores que se recuerdan. Muchos... "¿cómo estás? ¡tanto tiempo!", "yo te invito", "me gustaría compartir otro café... ¿te quedás?", "este café va por los viejos momentos", "te extraño", "te necesito", "te quiero", "te amo", "sos mi mejor amigo", "¡qué grande esta amistad!". Expresiones que se escuchan con mucha asiduidad en dichos lugares.
Y aquí estoy, dispuesta a instalarme en "el café de la esquina", compartir mi vida, mis recuerdos, mi presente y mi futuro con el fuerte aroma a café y la compañía de amigos que la distancia no puede alejar.

Ana Stelmack
(18 de julio, 2006)

¿Qué hacía Galeano acá?

El siguiente texto lo escribí el pasado 5 de julio...

¿Qué? Ya sé. Nadie me cree que me haya encontrado con Galeano... Les cuento cómo sucedió todo para evacuar dudas. Yo me encontraba en el hall de mi edificio, me parece. De repente veo que un hombre mayor, de ojos claros, pelo bastante canoso, se dirige a tocar timbre en el portero eléctrico. Cuando miro bien, era él: el mismísimo Eduardo Galeano. No lo podía ceer. Me invadieron los nervios, no me salían las palabras, pero alcancé a decirle:
- Emm... ¿me firmarías un papelito?
¡Ja! fue un intento de decir "¿me darías un autógrafo?". Pero la situación, los nervios, la emoción, en fin, todo se conjugaba para que mis palabras fuesen muy limitadas.
Subí a mi apartamento, bajé nuevamente... para mala fortuna (no sé cuál fue la razón) sólo había encontrado un diario para utilizar como soporte para que Galeano me pusiera su firma. A él no le pareció mal. Comenzó a leerlo en forma muy superficial.
- ¿Me firmás con una dedicatoria? (le dije)
- Sí... pero ¿qué querés que te escriba, Ana Karina?
- No sé... lo que te salga. Cualquier cosa. Inspirate.
Yo me pregunto, ¿quién soy yo para decirle a un escritor como Galeano "inspirate"? Por Dios, realmente estaba afectada. De todos modos, no pensé que fuera a escribirme lo que me escribió... dobló el diario en varias partes, dándole forma como de un águila, con sus alas extendidas. Le dibujó el pico, los ojos bien abiertos y en su cabeza puso su firma. Mi cara demostraba una alegría sumamente grande. No podía creerlo aún. Antes de que Galeano se fuera le hice un último pedido. Quería que me autografiara los libros que tengo suyos. Me preguntó si iba a demorar demasiado en ir a buscarlos, pero le dije que regresaría en un segundo. Y así fue. Pero a mi regreso, cometí un error no muy adecuado para el momento. Había traído un libro (creyendo que era "El libro de los abrazos") pero resultó ser que no era el que yo creía, sino que era de otro autor. Me habrán subido todos los colores en el rostro, ya puedo imaginarme. Pero, para la tranquilidad de ambos, también había bajado conmigo "Las venas abiertas de América Latina"...
Galeano lo hojeó. Miró algunas hojas... firmó en la parte superior al título que se encontraba en la primera. Hasta que repentinamente... escuché el sonido de un celular. Un telefonito de esos estaba sonando, con un timbre bastante simpático. ¡Ufff! era el despertador. La alarma ya estaba sonando y era hora de despertarme. Abrí mis ojos, me desperté. Reaccioné, cual ebrio tras resaca. Todo había sido un sueño. Me había encontrado con Galeano, pero no cara a cara. Quizás algún día me lo encuentre (no en mi casa, claro) y esa situación ya no sea solo parte de mi imaginación mientras duermo profundamente.

Ana Stelmack




Profesión de fe (Eduardo Galeano)
Sí, sí, por lastimado y jodido que uno esté, siempre puede uno encontrar contemporáneos en cualquier lugar del tiempo y compatriotas en cualquier lugar del mundo. Y cada vez que eso ocurre, y mientras eso dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo en la infinita soledad del universo: algo más que una ridícula mota de polvo, algo más que un fugaz momentito.

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