Esa extrañeza

A veces ocurre que se siente alegría sin tener necesariamente un motivo, o quizás sí se tiene una razón, y es una sensación gratificante (con una misma y con los demás). También suele suceder lo contrario. Se suele sentir tristeza sin tener necesariamente un motivo. Tristeza. Simplemente eso. No es que hoy me sienta triste, simplemente siento una sensación extraña. Siento los latidos de mi corazón, cada tanto se acrecientan. Cada tanto pasan desapercibidos. Pero vivo las emociones que hace tiempo no vivía. De todos modos, eso me agrada. Creo que estoy enfrentando a la vida y ya no es que la vida me enfrenta a mí. Y le doy pelea. Y busco las señales que el destino cruza en mi camino. Intento descubrirlas, no eludirlas. Las tengo ante mis ojos y las vislumbro, entrando a un nuevo mundo. Un mundo donde todo cambio es posible, y en el que se puede luchar en busca de un futuro que está esperando para darnos buenas nuevas.

Ana Stelmack

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